
Hoy empiezo el blog con esta reflexión. «Todos seremos mayores algún día y parece que se nos olvida.»
Todos vemos a gente mayor por las calles, con bastones algunos con andadores otros y muchos en silla de ruedas pero los miramos y no los vemos. Digo ésto, porque ahora me fijo más ( ya que tengo a mi madre en una situación especial ) y me he vuelto mucho más sensible en el tema de nuestros mayores. Veo cómo los ancianos son apartados de la sociedad por todos nosotros queriendo ó sin querer y pensamos inconscientemente unos y conscientemente otros que ya sobran.
Me enerva observar en el metro cómo, a veces, la gente mira su móvil sin distracción y obvia a esa persona mayor que necesita sentarse..Piensan «Si no levanto la mirada parecerá que no lo he visto «..
Igualmente me espanta contemplar a familiares de estas personas mayores impacientarse porque ese anciano tarda más de lo normal en sentarse, en levantarse, en terminar una frase….en fin les molesta todo.
Me repatea cómo estas personas están en las residencias (porque seguramente han de estar por su enfermedad) y no son visitados por sus familiares y si acaso los visitan, lo hacen los domingos justo a la hora de comer para supuestamente ayudarlos y sin apenas sentarse se van cuando han comido. Me da mucha mucha pena porque pienso que esa persona que ahora está en una residencia habrá ayudado, seguramente, a sus hijos, hermanos, esposos y ahora se encuentran con el castigo más duro, LA SOLEDAD.
Una frase que veo en un anuncio en el metro y que siempre me hace entristecer es: «Lo más triste de la vejez es la soledad» y en la foto aparece una abuelita mirando por la ventana pensando seguramente en la soledad que la rodea.
Con esto quiero juzgarme a mí misma porque seguramente yo también en alguna ocasión habré pensado «Buf cuando acabará de contar la historia que ha repetido hasta la saciedad» pero pensándolo bien, cómo no aprovechar la caja de sabiduría que encierran cada uno de nuestros mayores.
Si nos ponemos un minuto, sólo un minuto, a pensar qué pasará cuando tengamos 70, 80, 90 años y cómo nos gustaría que nos tratasen seguro que nos replantearíamos nuestra actitud.
Ellos han sido los que nos han engendrado y son lo más grande que tenemos (con esto no digo que haya personas mayores que quizás no merezcan atenciones por su actitud pasada pero aún así cómo decía mi madre hay que enseñar al que no sabe aunque sea tan tarde)
Espero que mis palabras sirvan aunque sólo sea para hacernos recapacitar..
Hasta pronto…