
Cuando me recuerdes piensa en risas, en paisajes, en playas de arena blanca y en nuestros cuerpos mojados.
Recuérdame queriéndote, amándote, añorándote.
Cuando oigas mi nombre no llores, no supliques, no pidas perdón.
Cuando tengas sensación de soledad piensa en mi fuerza, en mi tesón y en mi ayuda inagotable y sonríe.
Cuando la incomprensión dirija tu vida y estés perdido entre tantas mentiras, piensa que mi verdad valió por dos, que mi amor te liberó.
El viaje que emprendemos hacia el adiós es triste, pero cuando te acuerdes de mí, piensa que mi vida es mejor sin ti, que mis sueños siguen intactos y que tu ausencia me transformó en alguien nuevo.
Pienso en ti y te doy las gracias porque sin ti no hubiera llegado a encontrarme.
Pero nunca pienses en mí con rencor, con agonía y con desesperación porque cualquier momento contigo fue vida.