Antes que nada pediros perdón por las imágenes pero no podía dejar pasar semejante negligencia.
Hoy quiero escribir una denuncia pública por todos los acontecimientos que se están generando a causa de esta maldita pandemia.
Mi madre, una mujer de 85 años, lleva cuatro años encamada a causa de un infarto cerebral que le dejó inmóvil todo el lado derecho de su cuerpo. Ella por si sola no se puede mover, ni girar, ni levantar ni tampoco hablar.
La pobre mía intenta, con sonidos, hacerse entender y así la estamos cuidando. Estamos muy contentas de poder hacerlo y en los cuatro años de su enfermedad no la hemos dejado sola ni un solo día.
En estos momentos una de nosotras puede quedarse en casa y estamos aún más dichosas porque la cuidaremos en nuestro hogar y en el que es el suyo. Desde abril de este año lo estamos haciendo orgullosas de ello.
Las personas encamadas y casi inmóviles necesitan accesorios especiales para que su inmovilidad no les genere úlceras que son dolorosas y difíciles de tratar.
Mi madre tiene un colchón de aire con motor que se llama colchón anti escaras que por medio de aire genera unos especies de bultos acolchados que van cambiando para que la piel no tenga siempre la misma presión en un determinado punto de su cuerpo. Con este colchón en los cuatro años ha estado perfectamente en cuanto al úlceras se refiere.
A finales de octubre de este año tuvo que ser ingresada por una infección. Estuvo al borde de la muerte y por este motivo dejaron estar a mi hermana con ella día y noche mientras estaba en urgencias. En el box sólo hay una cama normal.
Al cabo de tres días de estar en urgencias la subieron a planta y allí ya nos dijeron que no podía haber nadie con ella. Con toda la pena de nuestro corazón aceptamos las normas que para eso están. Después de una semana de estar sola sin poder ir a visitarla le dan el alta y la traen a casa. Cual fue nuestra sorpresa que al ir a hacerle su aseo vemos que en la parte del coxis tiene una úlcera enorme, así cómo en uno de los talones. Además en el hueso del tobillo y en el pie unas heridas de lo que parece ser un golpe.

Ni mi hermana ni yo habíamos visto nunca una úlcera por lo que nos impactó tanto que nos pusimos a llorar.
¡Cómo no pudimos estar con ella, no le pusieron el colchón que necesitaba, no la cambiaron de postura, no la han aseado adecuadamente porque vino con la piel en carne viva y vino en unas condiciones lamentables!
Es tremendo pensar que haya profesionales que cometan estas negligencias. ¿Cómo es posible tal falta de profesionalidad con una persona que no se puede quejar, no se puede mover, no puede hablar ni pedir….?
Tanto dinero que nuestro gobierno gasta en proyectos insignificantes y en la sanidad, educación, fuerzas del estado, etc.. invierten tan poco.
No sé si la culpa es de la falta de personal o de que éste no se implique en su trabajo, lo que es inaceptable es que en un país civilizado, moderno, con profesionales en paro suficientes, lleguen a pasar estas cosas.
Me pregunto cómo no les dio vergüenza dar el alta a una persona con estas heridas. Cada vez que la tenemos que curar y asear se me parte el alma, porque las enfermedades nos vienen aleatoriamente, pero la dignidad de un enfermo a morir o vivir dignamente, eso sí que está en manos de todos nosotros.
Si podéis compartir mejor…
Elena, que pena me da que estén pasando por cosas así, no sabes como quisiera poder hacer algo.
Espero se recupere pronto tu mami, sabes según sé las pieles de borrego son buenas para evitar llagas.
Un abrazo
Elvira
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Muchas gracias Elvira, la pobre mía está pasando mucho, pero así es la vida. Me anima mucho tu apoyo. Un abrazo fuerte.
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Muchas gracias Elena, rezaremos por ella, sé fuerte. ¡Mucho ánimo!
Cuídate bien.
Un abrazo fuerte.
Elvira
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