
Un tatuaje recuerda un no, un nunca más y por eso está en su alma. Coge aire y aspíralo porque el aire es vida.
Cuando mira el dibujo de su piel, recuerda aquello de lo que se ha de librar, de aquello de lo que ha de huir, de aquello que no ha de suceder más. Ama, vive, disfruta, recorre su camino parándose donde le dicta el corazón y vuelve a reírse en esa nueva parada.
Tío vivo de ilusión que rueda y rueda, a la vez que sube y baja, del mismo modo volatean sus sentimientos. Hay veces que no sabe qué sentir y cuando siente es lo que esperaba, es lo que había ansiado tener y piensa ¿quién manda en los sentimientos? ¿Quién le dice a su cerebro lo que ha de razonar.? Pero cuando razón y corazón se unen, ya no hay nada que hacer, ya está todo dicho.
Su piel tiene la huella del pasado, su piel se suaviza ante tan bella visión y sus ojos reconocen con encanto cada poro de su piel pintado cómo estatua ganadora.
Su piel llora en forma de tinta con cada enseñanza, con cada sueño, con cada locura, con cada nueva actitud ante la vida.
Secreto inconfesable que le apoya, le ayuda y le alza hacia lo más alto. En el castigo está la salvación y cómo suprema enseñanza lo acepta.

Tatuaje del alma que pinta el presente de colores alegres, de comienzos maravillosos de senderos hacia alguien nuevo y todo fluye.
Cuando algún momento se presenta duro, con sólo mirar esa nota de color, desaparece cualquier piedra en el camino y sigue su senda en suelo llano.
Pinta tu vida de colores para que el tiempo en blanco y negro se aleje sin dejar huella.
Hermosas palabras Aylin, vayamos dando pinceladas de color cuando podamos para revivirlas en los momentos oscuros y poder superarlos.
Pintemos la vida de color.
Feliz fin de semana!
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Muchas gracias Julia, un buen finde para ti también.
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