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¡Qué puñetera y cruel es la vida que se lleva a lo que más quiero sin siquiera tener compasión! Qué dañina es cuando hace sufrir a gente que no se lo merece…
La agonía ha sido tan larga para tí que ha sido insoportable la espera.
Y luego alguien me dice que es cosa de la vida, de esa vida que te trata cómo a una piltrafa y se burla porque sabe que se va a salir con la suya.
Estoy harta de disculparla, de comprender todas sus artimañas y no ganar ninguna partida. No me da chance, ni un instante para disfrutar de ella, no me ofrece alegrías…. Y estoy muy cansada, muy cansada de no tener descanso, de sufrir, de pasar malos momentos y sólo llorar. Jadear de impotencia por su crueldad, por su falta de empatía con algunas personas, por su tortura constante con aquellos a los que coje cómo presas.
¿Pero qué puedo hacer? ¿Cómo puedo liberarme de tanto dolor? Cuando pienso que no puede haber nada más cruel, se me presenta otro episodio peor.
Pero hay que seguir, hay que ponerse una venda para no ver ni oír cosas que no quieres, porque sino enloqueceríamos.
Estoy enfadada con la vida y a la vez la adoro porque es digna de ser vivida. Es una contradicción vital que no acabo de entender, pero es así.
Mi madre amada, mi amor más absoluto partió a otra vida más feliz, porque desde allí donde ha ido verá a sus seres queridos y podrá cuidarnos con fuerza todopoderosa.
Allí ya no habrá dolor, no habrá agonía, ya no habrá suspiros de delirio para abandonar el cuerpo que tanto tiempo habitó. Ya sôlo tienes paz y armonía. Ya eres un ángel que nos cuidará, porque no hay mayor amor que el de una madre.
No tengo palabras para expresar lo que ha supuesto observar el calvario por el que has pasado, tanto, que casi ha sido un alivio despedirnos de ti. Ya no sufres, ya no lloras, ya vuelves a tener la tez rosada, vuelves a estar más guapa, elegante y sana. Se acabó todo y ya estás con parte de los tuyos.
Hasta pronto…….
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Elena, siento mucho lo que te ha pasado.
Un abrazo enorme.
Dios las bendiga.
Con cariño
Elvira
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Muchas gracias, ya descansó pobre mía. Un abrazo…
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Para eso estamos, ojalá pudiese hacer más por ti, lo siento mucho querida Elena.
Un abrazo grande!
Elvira
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